PARTICIPATIVA: Todas las participantes en los encuentros tienen espacios para participar en cualquier momento, hablar, escribir, reflejar sus pensamientos y sentimientos, acuerdos y desacuerdos. Las facilitadoras, generan preguntas, reflexiones, que permiten analizar, co-construir y proponer, junto con ellas.

ESPACIO DE DIÁLOGO: Se potencian condiciones para el diálogo entre todas las participantes, promoviendo que la palabra de cada una y de todas es importante, incluyendo acuerdos, desacuerdos, encuentros y contradicciones como parte del aprendizaje y desaprendizaje.

EXPERIENCIAL: Las sesiones de aprendizaje parten de las experiencias de vida de las participantes, las cuáles son enriquecidas con los aprendizajes, reflexiones y retroalimentación a todo el colectivo.

LÚDICA: La posibilidad de libre expresión del cuerpo, emociones, represiones, traumas y deseos corporales y mentales de las participantes, se trabajan mediante técnicas y herramientas lúdico terapéuticas como pintar, dibujar bailar, componer canciones, y dejar volar su imaginación y capacidades creativas, lo cual contribuye a un ambiente muy agradable, propositivo, y de libertad, que favorece, en cada momento concreto, superar experiencias negativas y abrir posibilidades a la sanación de las heridas.

VIVENCIAL: Todo el proceso parte de la propia experiencia personal de cada una, promueve la indagación de los sentires y saberes, desde lo más interno, con ejercicios que permiten profundizar, tanto en el pensamiento, como en el sentimiento, conectando así el ser individual y colectivo del grupo.